miércoles, julio 2Tucumán AR

Aceleración de precios, falta de referencias e incertidumbre

Cada vez es más difícil reconocer qué es caro o barato en la economía nacional. Post devaluación y desregulación de precios, el golpe a los ingresos familiares hace mella en bienes esenciales que muestran la mayor aceleración en estos meses. 

Mientras el poder de compra de los ingresos cae de forma sostenida para la mayor parte de la población, un estudio de la UBA reveló que Argentina se convirtió en estos meses en el país más caro de la región ya que se necesita, en promedio, el doble de ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos que, a su vez, no dejan de aumentar. Así, bienes esenciales como frutas y verduras, panificados, arroz, fideos y cereales, leche y derivados, carne picada, y algunas infusiones acumulan en siete meses del año un incremento entre el 100% y 360%, cuando el índice nacional se ubicó en torno al 90%. 

En tal sentido, la mega devaluación de diciembre desencadenó una redefinición de precios relativos con el encarecimiento de bienes básicos para la mesa argentina, a la par que creció la rentabilidad de empresas del sector con mejoras del 40% comparando solo con un año atrás. A esto se suma el impacto de la desregulación y liberación total de precios dispuesta por decreto por el gobierno nacional, todo lo que derivó en una situación de emergencia alimentaria reflejada en que cada vez más familias no llegan a cubrir los bienes esenciales, a lo que hay que sumar el recorte de partidas en comedores comunitarios y en programas sociales.

Por su parte, la apertura importadora que incluyes alimentos y otros bienes de primera necesidad hace que sea muy difícil competir con precios externos afectando a cooperativas, pequeños productores, y a pymes nacionales que se muestran en alerta tras la caída del consumo desde diciembre pasado, a lo que se agregan las dificultades del gobierno para ordenar las variables de la macroeconomía, y la incertidumbre ante las variaciones aceleradas de precios y el impacto de cualquier modificación cambiaria, que dificultan planificar a futuro.

Redefinición en precios

El gobierno de Javier Milei devaluó la moneda un 118% en diciembre, lo que generó un salto de magnitud en los precios, con especial incidencia en los primeros meses de este año. A partir de entonces, la pulverización de salarios ya deteriorados sumado a un enorme ajuste fiscal, impactaron en la demanda y el nivel de actividad dando paso una recesión económica que frenó el salto anterior de precios. “La sostenibilidad de este proceso de caída de la inflación está sujeta a que el gobierno mantenga el ancla del tipo de cambio, es decir no se vea forzado a devaluar (algo difícil dada la escases de dólares y la fuerte apreciación que sufrió la moneda desde su devaluación en diciembre) y a que continúe agudizando el ajuste para garantizar una demanda deprimida, además de la postergación en el ajuste tarifario que aún no aplicó en su totalidad”, señalaron sobre la coyuntura actual desde el centro CIFRA-CTA. 

Sobre ello, si bien el índice de precios de la economía mostró desde mayo una morigeración de su ritmo de crecimiento, lo cierto es que las subas en alimentos básicos de la mesa familiar lejos están de desacelerarse y continúan por arriba de la inflación: en los últimos doce meses el índice general de precios alcanzó el 263%, mientras que los alimentos aumentaron 276%. En nuestro país, el peso de los alimentos y las bebidas no alcohólicas en el IPC es significativo, esto quiere decir que las variaciones en esos precios tienen considerable impacto en el resultado final del índice, y en la relación de precios relativos. 

El Destape analizó una serie de productos en base a los datos de evolución de los precios al consumidor que publica la Dirección de Estadísticas de CABA e identificó subas de magnitud en algunos alimentos de la canasta básicaque llegan a duplicar y hasta triplicar la performance del nivel general de precios. En lo concreto, productos como frutas y verduras, panificados, arroz, fideos y cereales, leche y derivados, carne picada, sal y algunas infusiones acumulan en siete meses del año un incremento entre el 100% y 360%, cuando el índice nacional se ubicó en torno al 90%. Algunos ejemplos: el pan lacteado blanco (bolsa x 360 gramos) aumentó desde diciembre a julio un 139%, la polenta (paquete x 500 gramos) un 113%, la acelga (1 paquete) escaló 313%, la lechuga criolla (1kg) 346%, el tomate redondo (1kg) 254%, la cebolla común (1kg) 349%, los zapallitos (1kg) 362%, se suman la leche entera que creció 131% en solo siete meses, el queso tipo cuartirolo (137%), el queso rallado (147%), la sal fina (161%), mayonesa común (104%), y el café molido (101%), entre los principales. 

Asimismo, comparado con hace un año atrás, superan ampliamente al índice general de precios (263%): en harinas y cereales se destacó el alza de pan lacteado blanco (350%), pan rallado (386%), sumado a fideos secos (333%), harina de trigo común (321%), arroz blanco (477%), en cuanto a frutas y verduras encabezan con las subas interanuales acelga (560%), lechuga criolla (522%), tomate perita (535%), tomate redondo (581%), morrón rojo (638%) cebolla común (653%), zapallitos (368%), zanahoria (351%). Por su lado, la carne picada escaló 296% y la paleta 315%, mientras que en lácteos sobresalen también subas de gran magnitud como, por ejemplo, en leche común entera (305%), leche en polvo (302%), queso rallado (334%), manteca (344%), se agregan la sal (533%), café molido (321%), el té común (394%) y en bebidas con alcohol, la cerveza escaló 301%. 

A su vez la canasta básica de alimentos en barrios populares creció 112% desde que asumió la gestión libertaria, según el centro ISEPCI. “Cumplidos ocho meses del actual gobierno, los incrementos de precios en los negocios de cercanía de los barrios populares, desmienten el relato del gobierno sobre la continuidad de la tendencia descendente del valor de los alimentos y de los servicios básicos”, señaló el último informe del centro de estudios que detalló que según el relevamiento que realizan mensualmente en 20 distritos del conurbano bonaerense, una familia de cuatro integrantes en julio necesitó para adquirir los mismos productos de la canasta alimentaria, 17 mil pesos más que treinta días antes. Mientras que, desde la asunción del actual gobierno en diciembre del año pasado, la suba fue del 112,5%, por arriba del índice nacional de precios. 

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