
La inflación no cede al ritmo que espera el Gobierno. El FMI corrió a Valdés, pero no cambia el libreto. El turismo se lleva el saldo comercial.
El sobrecumplimiento de las metas de ajuste fiscal no le alcanzó al gobierno de Javier Milei para obtener los desembolsos prometidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sigue desconfiando de la política económica que lleva adelante el ministro Luis Caputo e insiste en poner como condición la acumulación de reservas internacionales y un cronograma de metas para alcanzar la liberación del mercado de capitales.
La apuesta de Milei y Caputo estuvo siempre puesta en alcanzar una baja inflación y apostar al blanqueo de capitales para que incorpore dólares al sistema financiero que no mejoran las reservas netas pero otorgan más liquidez a la autoridad monetaria, necesaria para afrontar en enero los vencimientos de capital de la deuda, por US$2.900 millones.
El Programa de Facilidades Extendidas fijaba como última meta sumar US$ 8.700 millones a las reservas netas del Banco Central, a través de compras en el mercado de cambio, que no se logró cumplir por la decisión de intervenir en el mercado financiero para evitar que la ampliación de la brecha con el dólar oficial genera nueva expectativa de devaluación y haga más complicado lograr un proceso de reducción de la inflación.
El acuerdo que firmó el ex ministro Martín Guzmán finalizó en junio pasado, pero incluye una última revisión sobre las metas al tercer trimestre, que son las que están en discusión. Las diferencias entre el staff técnico apoyado por la conducción del FMI y el gobierno argentino impidió que se apruebe la octava revisión que habilitaba un desembolso de US$ 550 millones y que tampoco se avance en esta última revisión.