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Payaso mediático

Donald Trump sorprendió este miércoles al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, al mostrarle un video que supuestamente comprueba las acusaciones estadounidenses de un genocidio contra blancos en el país africano.

Durante un encuentro oficial con Ramaphosa en el Salón Oval, Trump pidió que apagaran las luces para que se proyectara un video en una pantalla, afirmando que mostraba a sudafricanos negros hablando de genocidio.

“Les permites tomar tierras y cuando toman las tierras, matan al agricultor blanco. Cuando matan al agricultor blanco, no les pasa nada“, dijo Trump. También le mostró a su par sudafricano recortes de prensa que, según él, confirman su denuncia.

Ramaphosa negó que su país esté confiscando tierras de agricultores blancos en el marco de una ley de expropiación aprobada en enero, con la que se pretende corregir las desigualdades históricas del dominio de la minoría blanca.

“No, no, no, no”, dijo Ramaphosa. “Nadie puede tomar tierras”, insistió.

La prensa estaba presente y Ramaphosa apenas pudo decir palabra durante la transmisión de las imágenes. Hasta que en cierto punto suplicó “hablar del asunto con mucha calma”.

“Nelson Mandela nos enseñó que siempre que hay problemas, la gente debe sentarse a la mesa y conversar. Y esto es precisamente de lo que nosotros también queremos hablar”, dijo.

Lo ocurrido recordó el episodio de febrero en el que Trump y su vicepresidente JD Vance humillaron al mandatario ucraniano Volodimir Zelenski.

La visita del gobernante sudafricano era una oportunidad para suavizar las relaciones diplomáticas luego de que Trump y su asesor de origen sudafricano, el multimillonario Elon Musk, también presente en el Salón Oval, denunciaran sin fundamento tal genocidio.

Trump abrió la reunión calificando a Ramaphosa como alguien “muy respetado en muchos círculos, aunque polémico para algunos“, mientras el mandatario sudafricano le ofrecía un apretón de manos y proponía “reiniciar” las relaciones bilaterales.

“Estamos aquí esencialmente para restablecer la relación entre Estados Unidos y Sudáfrica”, dijo Ramaphosa, quien acudió al encuentro con dos famosos golfistas sudafricanos, Ernie Els y Retief Goosen, y el hombre más rico de su país, Johann Rupert. Los tres hombres blancos.

Trump otorgó el estatus de refugiados a un grupo de 49 sudafricanos blancos, descendientes de colonos europeos, que supuestamente eran perseguidos, pese a que impulsa una política de mano dura contra la migración y frenó la llegada de solicitantes de asilo. Se trata de familias afrikáners (sudafricanos blancos descendientes de colonos neerlandeses).

Ramaphosa recordó que en su país la principal víctima de la criminalidad es la población negra.

Elon Musk, dueño de Tesla y Space X, acusó a Pretoria de impulsar leyes “abiertamente racistas”, en referencia a políticas post-apartheid para empoderar a la población negra e interpretadas por el multimillonario como un obstáculo para la concesión de licencias a Starlink, otra de sus empresas.

Los blancos poseen la mayor parte de las tierras en Sudáfrica pese a que representan solo el 7,3% de la población.

Choque entre presidentes

La tensión estalló cuando la prensa preguntó por la reciente llegada de refugiados afrikáners. Trump insistió en su teoría de que esta minoría sufre una persecución y exigió explicaciones a su interlocutor.

“En general, son agricultores blancos que huyen de Sudáfrica, y es muy triste verlo. Espero que podamos tener una explicación”, declaró ante los medios.

Ramaphosa respondió con firmeza que no existe ningún “genocidio afrikáner”, e instó a Trump a escuchar al pueblo sudafricano para desmontar esa narrativa.

“Si realmente hubiera un genocidio contra los agricultores afrikáners, te aseguro que estas personas no estarían aquí, incluido mi propio ministro de Agricultura”, afirmó señalando a su delegación, que incluía a miembros de esa comunidad.

Trump insistió en que existen “miles de historias” que confirman la persecución y ordenó la proyección de un video de casi cinco minutos que mostraba a políticos africanos dando discursos a favor de la violencia contra los blancos e imágenes de montículos y cruces que, según Trump, representan más de 1.000 agricultores asesinados.

“Me gustaría saber dónde es eso, porque yo no lo he visto“, comentó el presidente sudafricano tras observar, incómodo, las imágenes.

Ramaphosa subrayó que, si bien la delincuencia es un problema en Sudáfrica, la mayoría de las víctimas de la violencia “no son blancos, sino negros”, y recordó que aunque la Constitución protege la “inviolabilidad de la propiedad de la tierra”, su Gobierno también tiene el derecho de expropiar terrenos para uso público.

“Los están ejecutando, y resulta que son blancos, y la mayoría agricultores. Es una situación difícil. No sé cómo se explica“, insistió Trump.

En un momento de la discusión, Ramaphosa llegó a bromear afirmando que no tiene “un avión para darle”, en referencia al regalo que Catar le hizo a Trump y que Estados Unidos aceptó este miércoles formalmente.

La tensión solo comenzó a disiparse tras la intervención de los emblemáticos golfistas afrikáners Ernie Els y Retief Goosen, quienes formaban parte de la delegación sudafricana. Ambos, admirados por Trump, evitaron respaldar las denuncias de genocidio.

El origen de una relación tensa

La llegada, la semana pasada, de un primer grupo de 49 afrikáners a Estados Unidos en calidad de refugiados fue el último episodio en una serie de tensiones diplomáticas entre ambos países.

En marzo, Trump suspendió toda ayuda y cooperación exterior con Sudáfrica, alegando que el país confisca tierras a granjeros blancos y mantiene una postura hostil hacia Israel en la Corte Internacional de Justicia, donde Pretoria ha denunciado un genocidio en Gaza.

La ley de expropiación de Sudáfrica fue promulgada a principios de año para intentar revertir las desigualdades raciales heredadas del ‘apartheid’ y permite expropiar tierras sin pagar compensación en casos de interés público.

También en marzo fue expulsado de Estados Unidos el entonces embajador sudafricano en Washington, Ebrahim Rasool, designado como persona ‘non grata’ por sus críticas contra Trump.

Mientras Washington considere que existe discriminación contra los afrikáners, Trump ha reiterado que Estados Unidos no participará en ningún evento del G20, que este año acoge Sudáfrica.

Tras el choque de este miércoles con Ramaphosa, volvió a poner en duda su asistencia a la cumbre de presidentes del G20 que se celebrará en Johannesburgo, el 22 y el 23 de noviembre.

“Creo que, sin Estados Unidos, (la cumbre) realmente no es muy importante porque ya no es la misma reunión”, declaró.

Fuente: AFP / EFE

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