
El nuevo Código de Ordenamiento Urbano (COU) de Yerba Buena, aprobado hace un mes en medio de fuertes tensiones políticas, volvió al centro del debate. Mientras el texto espera su promulgación por parte del Departamento Ejecutivo Municipal, un grupo de concejales opositores pidió al intendente Pablo Macchiarola que veto la norma por considerar que provocará “una ciudad saturada, desigual y sin identidad”.
La solicitud fue presentada formalmente por la concejala María Decoud Griet, del bloque Creo en mi Ciudad, con el acompañamiento del edil Rafael Olea, del espacio alfarista.
En una nota dirigida al intendente, ambos recordaron que el proyecto fue aprobado el 30 de septiembre tras una votación empatada y un clima de alta tensión política. “El nuevo COU, lejos de representar un consenso ciudadano, divide y preocupa a gran parte de la comunidad”, afirmó Decoud Griet, al cuestionar las modificaciones de último momento y la falta de debate público.
La edil señaló que el código vigente —la Ordenanza 613/94— sigue siendo funcional, dado que ha recibido más de una docena de actualizaciones. Sin embargo, alertó que la nueva normativa autoriza edificaciones de hasta cinco pisos, incluso en zonas cercanas al piedemonte y corredores ambientales, lo que implicaría “una pérdida irreversible del paisaje y del equilibrio ecológico que distingue a Yerba Buena como Ciudad Jardín”.
Decoud Griet también cuestionó la falta de participación ciudadana en la elaboración del texto. Según argumentó, no se convocó a vecinos, universidades ni instituciones intermedias para un debate integral. “El nuevo COU permitirá un crecimiento descontrolado de la población, el tránsito y la demanda de servicios. Si se promulga sin revisión, Yerba Buena perderá su equilibrio entre naturaleza y urbanización”, advirtió.
Junto a Olea, la concejala difundió además una carta abierta dirigida a los vecinos, en la que reiteró su postura y negó motivaciones partidarias. “No nos oponemos al crecimiento ni al progreso; pedimos planificación, transparencia y participación real”, enfatizó.
Desde el oficialismo, en tanto, defendieron el proyecto aprobado. El presidente del Concejo, Javier Jantus (Cambia Tucumán), quien desempató la votación, aseguró que la nueva normativa significará “un salto cualitativo” para la ciudad, al delimitar zonas comerciales y residenciales, restringir alturas según el área y prohibir la expansión de grandes barrios cerrados. “El COU reafirma la identidad de Yerba Buena como Ciudad Jardín”, sostuvo.
Funcionarios del oficialismo remarcaron que la redacción del código demandó más de dos años de trabajo, con reuniones técnicas, consultas públicas y aportes de especialistas. También cuestionaron que la oposición criticara el proyecto sin presentar un dictamen alternativo.
El intendente Pablo Macchiarola deberá ahora definir si promulga o veta la ordenanza que promete redefinir el perfil urbano de Yerba Buena para las próximas décadas, en medio de una puja política que expone las tensiones entre crecimiento, sustentabilidad y participación ciudadana.