
Las visitas a Santiago del Estero siempre son turbulentas para Atlético. Si no es por el partido en sí, el problema surge con los hinchas, como en 2023, o con el plantel, como ocurrió el 26 de febrero del año pasado, cuando Joaquín Pereyra decidió no viajar para disputar la séptima fecha de la Copa de la Liga. El jugador presionaba para irse, mientras Diego Barrado iniciaba un interinato de dos fechas tras la salida de la dupla Orsi-Gómez. Esta vez, las complicaciones aparecieron antes y durante el partido.
Atlético llegó a Santiago del Estero sin Marcelo Estigarribia, quien, al igual que Pereyra en su momento, faltó al último entrenamiento antes de viajar y, por ello, no integró la lista de convocados. También tuvo problemas en la cancha, algo que no le había sucedido en San Juan. Perdió por arriba y por abajo, en las divididas y no tuvo juego asociado. Fue una mala noche en el Madre de Ciudades. No pudo imponer su estilo en ningún momento.
El equipo de Sava entró aturdido y sin su “9” de referencia, a quien extrañó demasiado. Sin “Chelo”, Atlético prácticamente no generó infracciones cerca del área rival y, además, perdió altura para defender los centros aéreos. La imagen de esta situación se vio a los 9‘ del complemento: todo Atlético defendiendo un córner dentro del área y la jugada terminó en gol.
El cachetazo santiagueño llegó inmediatamente después del buen debut. Claro que, en esta ocasión, enfrentó a un equipo consolidado en Primera y no a un debutante. Además, se midió con el último campeón de la Copa Argentina, que se prepara para jugar la Copa Libertadores. Sin embargo, lo que Facundo Sava había destacado tras el primer partido sigue siendo cierto: “mantener la base fue importante porque los jugadores se sienten identificados y conocen el club”. En contraste, el conjunto santiagueño solo repitió a tres titulares del equipo que se consagró en diciembre. Es decir, se trata de un equipo en plena formación o “deformación”, como dijo en tono de broma un periodista que cubre la campaña del “Ferroviario”, en referencia a los refuerzos que llegaron en este mercado de pases.
Dos piques de Luis Angulo le bastaron a Central Córdoba para desarticular la defensa “Decana”. En el primero, se lució Tomás Durso, cuando iban menos de 15‘. En el segundo, Angulo dejó atrás a Gianluca Ferrari y habilitó a Leonardo Heredia, quien celebró el gol con alma y vida, a pesar de su pasado en 25 de Mayo y Chile. El 1-0 a los 43‘ del primer tiempo fue un premio merecido para los locales, que no fueron muy superiores a Atlético, pero sí los que más inquietaron el arco rival.
¡Cuánto le costó a Atlético generar peligro! Y eso que el equipo de Omar de Felippe dio algunas licencias. Como mencionamos antes, es un equipo en formación y su punto más débil fue la defensa. Varias desatenciones no fueron aprovechadas por la dupla de Mateo Coronel y Mateo Bajamich, quienes jugaron muy aislados del resto del equipo. Sava lo notó y en el entretiempo ordenó los ingresos de Luis Miguel Rodríguez y Miguel Brizuela para tratar de corregir dos problemas recurrentes en la primera mitad: la fragilidad defensiva y la falta de creatividad en ataque.
Nada pudieron hacer los recién ingresados, ni tampoco Ramiro Ruiz Rodríguez, Kevin Ortiz o Damián Martínez, los otros suplentes que sumaron minutos. La cancha ya estaba inclinada a favor del equipo santiagueño, que a los 10‘ del complemento amplió y sentenció la historia.
Fuente: Daniel Coronel p/LA GACETA