
Partidazo, alguna vez hay que tapar el resultado y quedarse con lo que el equipo dio, con lo que dejó en la cancha. Bocalo sufrió, sí, sobre todo al principio, pero le puso el cuerpo, aguantó, lo guapeó, logró empatar, coqueteó con el triunfo pero claro, la jerarquía del rival pesó. Y como contra Benfica, se quedó corto en el objetivo final. Queda la imagen de un equipo que no se rindió y no se rendirá mientras haya chances.
Ahora, con esta derrota 2-1 en el estadio Hard Rock de Miami, Boca no está afuera, pero quedó con la calculadora en la mano, esperando que Benficapierda sí o sí con el Bayerny haciendo cuentas sobre los goles que necesitará convertirle al Auckland City.
Nunca fue sencilla la tarea frente a un rival que maneja la pelota con Kimmich y Goretzka, los extremos Olise y Coman se cierran para que pasen los laterales Laimer y Guerreiro. En movimientos muy claros, aprendidos, con trabajo. Un equipo corto además. A una velocidad muy alta y con gran precisión. Un combo completo. El gol otra vez en un córner, como los dos de Benfica, hizo temblar la estantería a los 7 minutos, pero una infracción de Gnabry a Marchesin hizo que se anulara a través del VAR.
Pero ni ese susto hizo reaccionar a Boca. Siguió plantado, esperando su oportunidad, pero fueron apenas amagos, intentos de contra que se diluyeron pronto. Demasiado poco, demasiado riesgo tener a semejante rival merodeando.
El gol fue una consecuencia de esa superioridad y de las fallas históricas de Boca. A los 17 minutos le costó otra vez sacar una pelota del área, un mal cierre de Advíncula ante Coman le cayó a Harry Kane y, de frente al arco se la cruzó a Marchesin contra un palo. Y a los 19 casi llegó el 2-0 con un remate cruzado de Gnabry que cruzó por delante de la línea.
Fue a los 30′ la primera vez que Boca se acercó al área rival, ya en una decisión de buscar y arriesgar un poco más. En ese ida y vuelta, Marchesin quedó mano a mano con Olise (doble atajada), Neur le sacó una clara a Zenón y después Marche tuvo trabajo con Kane. Pero ese impulso no llegó ni al final del PT. Enseguida los alemanes retomaron el control.
Boca siguió sin regalarse en el segundo tiempo, buscando que apareciera su chance en un partido planteado de la misma manera. Estuvo ahí de encontrarla en una que le quedó a Belmonte, pero se la llevó puesta sin poder darle dirección. Con alguna salida rápida que encontró los pases deseados y zafaron de la presión alta del rival.
Y eso se dio a los 21′, gracias a una gran jugada personal de Merentiel, dejando rivales por el camino y venciendo al enorme Neuer, desatando la fiesta en el campo, con los suplentes metiéndose hasta el área para celebrar, y la gente enloqueciendo en las tribunas. Parecía histórico. Un resultado histórico.
Pero de nuevo como ante Benfica se escapó el objetivo al final, de nuevo le costó sacar una pelota del área y Olise definió con categoría junto a un palo. Para poner el 2-1 y dejar apretado a Boca. Muy apretado. A lo Boca. Como en los últimos tiempos. Cortando clavos para entrar a la Copa. Ahora para clasificarse a octavos. Por lo que hizo hasta aquí, hasta lo merece.
Fuente: OLÉ