martes, agosto 26Tucumán AR

A River se le escapó en la última

El Millonario ganaba con gol de Montiel, pero Rodrigo Castillo puso el 1-1 en tiempo cumplido.

El premio fue para el que buscó, literalmente, hasta el final. El premio fue para el que supo gestionar la última pelota y no la revoleó. El premio fue para el que estuvo con los ojos bien abiertos y apostó a tirar abajo el Castillo. El premio no fue para el que pensó en el jueves antes de que terminara el lunes: se sabrá en algunos meses si River lamentará los dos puntos que se le escurrieron increíblemente contra Lanús, pero lo cierto es que tampoco hizo demasiado para retenerlos.

Demasiados contrastes tuvo el equipo de Marcelo Gallardo. Justamente, si una cualidad no tuvo en La Fortaleza fue la fortaleza: por más que el juego de palabras sea simple, define casi a la perfección lo sucedido en la noche del Sur del GBA. Fue uno en el primer tiempo, flojo, cansino, con dificultades para generar (más allá del errado insólito de Borja en el inicio) e incluso sacarle ritmo al rival cuando lo arrinconó. Fue otro en el segundo, con los muy buenos ingresos de Salas, Juanfer Quintero y posteriormente Montiel y Driussi.

Pero si esa inconsistencia no tiene un soporte como para maquillarla, el resultado es el 1-1 de este lunes: una desconcentración y a sacar del medio. En realidad, eso último fue un decir: River ni siquiera sacó del medio.

En definitiva, las conclusiones para el DT son tan contundentes como necesarias a esta altura del semestre, en una especie de countdown día a día hasta la serie contra Palmeiras (17 y 24 de septiembre). La de Borja, por cómo había terminado la noche ante Libertad, probablemente era la que menos quería ver: el colombiano no solo no se contagió de los aplausos de los hinchas y del penal del jueves, sino que tuvo una noche flojísima en la que se erró un gol casi hecho en el inicio y sus participaciones fueron improductivas. Ralentizó ataques, fue impreciso en toques, no aguantó la pelota cuando River sufrió atrás… Un combo que ni siquiera lo hizo salir a jugar el segundo tiempo.

Marcelo Gallardo (Foto Marcelo Carroll).Marcelo Gallardo (Foto Marcelo Carroll).

Su contracara fue Maxi Salas, su reemplazante, quien transformó lentitud en dinámica, pasividad en presión y dependencia de juego en muchas veces autosuficiencia: como si no hubiera estado prácticamente un mes inactivo por ese complicado esguince de rodilla, se mostró preciso y con unas guapeza que contagió a un equipo falto de frescura. Tenerlo así es la mejor noticia posible para River, aunque eso también trae aparejado un tema a tener en cuenta: si con dos partidos completos (Platense e Instituto) y un puñado de minutos en otros dos (San Lorenzo cuando se lesionó y este lunes) es el mejor y genera una Salasdependencia, lo bueno puede convertirse en preocupante.

Si los circuitos no le fluyeron al Millonario fue porque algunas piezas estuvieron incómodas y otras, en bajo nivel, en este 4-1-3-2 que se inmutó poco: Meza Jr. no se halló jugando a perfil natural, Colidio -sorprendentemente flojo- volvió a sentirse bastante incómodo cuando no tiene a la raya como aliada, Galarza fue más para adelante que creativo y Galoppo muchas veces quedó solo. Ni siquiera hubo amplitud: Boselli, demasiado irregular desde su repesca, se preocupó más por Salvio y Marcelino Moreno que por proyectarse.

Por eso Gallardo metió mano. Y a las buenas noticias que dieron los dos centrales (solventes Portillo y Rivero), se les sumaron las de Quintero, Driussi y Montiel, incluso oportunista para convertir. En esas triangulaciones entre el #10, el #19 y Salas, River pudo exprimir mejor las espaldas del tándem Cardozo-Medina y encontró las formas, aunque le faltó el último toque para profundizar. Un banco de titulares que le confirmó a Gallardo la diferencia de rendimientos que existe entre una parte del plantel y otra.

River no pasó del empate (Foto Marcelo Carroll).River no pasó del empate (Foto Marcelo Carroll).

Y eso, pensando en los mata-mata del jueves ante Unión por la Copa Argentina y en el plato fuerte del año contra Palmeiras, merece su punto de atención: la situación de rotación de este lunes se repetirá en el futuro. Lo que no se puede repetir es la desconcentración del final, atada a la irregularidad del partido: en la Libertadores, ser un poco Verdao como este lunes en Lanús podría trasladarse a una temprana eliminación en cuartos…

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